Un buen servicio de nube puede ser sólo el primer escalón hacia un entorno de aplicaciones y beneficios del más alto nivel. Entonces, ¿por qué quedarse en el nivel básico?

Si tu empresa ya está en la nube, cuentas con beneficios importantes: concentras la infraestructura en las actividades productivas y no en la operación tecnológica; tienes gastos flexibles en tecnología, y tu información está resguardada bajo altos estándares de seguridad. Sin embargo, es muy probable que la nube tenga ventajas que todavía no has explotado.

El siguiente paso en la nube

Sí, la nube pública permite aprovechar la capacidad instalada del proveedor y limitar los costos al consumo efectivo de recursos de cómputo; además, generalmente la dirección de las empresas (empezando por el CIO) tiene muy presentes las garantías de seguridad que ofrece su proveedor de nube.

Sin embargo, tus clientes y tus socios, por ejemplo, pueden visualizar esta integración con los datos y las operaciones de otros cientos o miles de clientes anónimos como hacinamiento o como un riesgo. Por otro lado, si tu empresa se encuentra en plena expansión seguramente requieres garantizar un estricto aislamiento de los datos y las operaciones de las áreas más sensibles.

 

Cinco ventajas de la nube privada

Gobernabilidad. Una de las ventajas naturales de la nube es la conectividad, un beneficio que puede llevar consigo riesgos de seguridad. La nube privada establece jerarquías y compartimenta áreas de acceso, de tal modo que tus asociados, clientes y proveedores pueden interactuar ágilmente con el sistema sin comprometer la información confidencial, así como existe una certeza definitiva de que no existen “puntos blandos” que permitan el acceso desde áreas secundarias de la nube como mantenimiento o transporte.

Seguridad. El servidor privado está aislado de los servicios públicos de nube donde concurren miles de usuarios. Aun así, el proveedor garantiza las actualizaciones y los servicios correspondientes a los estándares más altos.

Potencia. En la nube privada, la capacidad instalada siempre está disponible para el usuario; mientras la nube pública combina el consumo de sus clientes en un banco de recursos disponibles. Esta disponibilidad no sólo concierne al espacio de almacenamiento, también se refleja en los servicios dedicados (exclusivos) de internet y de capacidad de cómputo.

Multifuncionalidad. El proveedor de nube privada te ofrece —junto con los servicios de almacenamiento, cómputo y red— herramientas para instrumentar funciones y aplicaciones a partir de la nube, las cuales dan a ésta dimensiones totalmente nuevas.

Personalización. Cuando eliges una nube privada, puedes definir características importantes, como las políticas de seguridad, el aspecto, los mecanismos de administración o las aplicaciones disponibles. Pero también puedes definir dónde se instalarán tus servidores, bien en el edificio de tu proveedor o en tus oficinas; con esta opción, tus clientes y socios pueden ser testigos directos de tus prácticas de seguridad.

¿Necesito una nube privada?

Las siguientes preguntas te permitirán valorar la utilidad de una nube privada en tu empresa:

  • ¿Requiero garantías especiales sobre la seguridad de mi información?
  • ¿Mi empresa necesita jerarquías especiales de acceso y seguridad?
  • ¿Necesito garantizar niveles de servicio (ancho de banda, disponibilidad de cómputo) a mis clientes?
  • ¿Me son suficientes las herramientas que me ofrece la nube pública?